Con tan solo catorce años, el joven Richard Hellmann ya alimentaba su amor por la comida trabajando de aprendiz en el mercado local. Cuando se mudó a Nueva York, encontró el verdadero éxito.

Allí Richard conoció a su esposa, Margaret, quien resultó ser hija de los dueños de una tienda delicatesen. En 1913, Richard y Margaret hicieron realidad su sueño de abrir una tienda y así nació Hellmann's Delicatessen.

Su tienda, que se convertiría en nuestras raíces, abrió sus puertas en el corazón de Nueva York: Columbus Avenue, Manhattan. Allí Richard comenzó a crear su mayonesa, ahora legendaria. Los botes se llenaban hasta el borde con una deliciosa mezcla de ingredientes seleccionados para crear esa textura y sabor cremosos.

Junto a Margaret, la perfeccionaron una y otra vez hasta que, según ellos, lograron la mejor mayonesa. Y sus clientes pensaron lo mismo. Orgulloso de su producto, Richard puso su característico lazo azul como símbolo de mejor calidad. Y ese lazo azul sigue estando en todos nuestros productos hoy.